lunes, 2 de diciembre de 2013

From Pamplona to Perth

Hi everyone:

My trip started on a winter day of November, day 29. I woke up early, just to finish packing a few things and then I took the bus to the bus station at about 7.40
After this bus I took another one at 8.15 from Pamplona to Madrid-Barajas. In Barajas I had to wait not too long. My flight to London took over at 15.45.
Once in London I had a fast conecction to my next destiny: Singapore.
We landed in Singapore at about 16.00 so I had time enough to relax a bit because my next flight was at 18.35.
So what I did was to take advantage of my spare time. I checked the internet, read a bit and relax in a bunch.
So in the last flight everything was  right and we landed in Perth at about midnight, day December 1.
After the passport control and luggage control I finally went out to the main hall and there was Paul to pick me up to his place.
We almost stop because of some problem in his car but finally we made it and got his place. A beer and a bit of chat up and went to bed.
About 32 hours traveling, but I am finally in Australia.

domingo, 5 de junio de 2011

1,9-90-21...¡ESTO ES HISTORIA!



Esas son las tres cifras mágicas. La distancia a recorrer en un medio ironman. 1900m nadando, 90 kilómetros en bicicleta y finalmente 21 kilómetros corriendo (una media maratón).

Todo empezó el año pasado, cuando acompañé a Oscar a correr la Segunda edición del Half-Challenge en la localidad de Calella (Barcelona). En aquel momento, mediados de Mayo del 2010, aún no había corrido ningún triatlón aunque sí que tenía la intención de correr alguno ese verano.
Para mí, era entonces imposible plantearse esa distancia, 1.9-90-21, cifras, pensaba yo, únicamente alcanzables por unos pocos elegidos.
Oscar corrió, y corrió bien. En ese mismo momento empezó a entrarme el gusanillo, y la idea de participar en el Half Challenge se coló sigilosamente en mi cabeza.

Ese verano me estrené en Triatlón, concretamente en el “sprint” de Barakaldo. Corrí otros tres, el de Almazán (Soria), el del Club Natación Pamplona (Olímpico) y por último un “sprint” en San Vicente de la Varquera.

Terminada ya la temporada era el momento de reflexionar y de plantearse un nuevo objetivo para el año siguiente. Lo tenía claro. Mi objetivo sería participar en el Half- Challenge del 2011 y llegar a meta.
Así pues y tras un pequeño descanso (merecido) en Septiembre, empecé a entrenar nuevamente en Octubre. En mi cabeza siempre un único objetivo, el medio ironman del 29 de Mayo. Cada vez que iba a nadar, que salía con la bici o salía a correr pensaba en ese día y en que todos mis esfuerzos iban dirigidos a participar y llegar a meta en unas condiciones más o menos decentes.

Los meses fueron pasando, así como horas y horas de entrenamiento y por fin, casi sin esperarlo me vi de repente en una playa, con un traje de neopreno y con otra multitud de “locos” como yo deambulando a mi alrededor. Pero, ¿cómo hemos llegado a este punto?. Vamos a retroceder un día para averiguarlo y ver los preparativos de la carrera.

El 28 de Mayo, sobre las 7.30, salimos de Pamplona. El coche cargado hasta arriba (lleva mucha “intendencia” esto del triatlón) y Oscar y yo a los mandos.
Tras un pequeño error que nos llevó a conducir 40 kilómetros más, llegamos finalmente a Calella sobre las dos de la tarde. Descargamos todo en el hotel y nos fuimos rápidamente a comer algo (los boxes para nuestra categoría abrían de 14.30h a 16.00h). Tras la comida preparamos las bicis, cascos y zapatillas y nos fuimos a la zona de boxes. Recogimos los dorsales y dejamos ya las bicis en su sitio. La zona estaba ya animada, con multitud de gente, triatletas, acompañantes, curiosos…
Descansamos un rato en el hotel y sobre las ocho de la tarde nos fuimos a disfrutar de la “Pasta Party”, que la organización del evento ofrecía a los competidores.
Con el estomago lleno nos dirigimos nuevamente al hotel y a descansar (cosa que algún eufórico seguidor del Barça, que había ganado la “Champions”, parece que no quería que hiciéramos).

Suena el despertador. 5.30 de la mañana. Día de la carrera. Una rápida ducha para despejarse y a desayunar. Tomé un desayuno normal, como el que suelo tomar a diario. Leche con cereales, tostadas con mantequilla y miel, fruta y zumo.
Salimos del hotel con una temperatura muy agradable y el cielo despejado. Durante el trayecto a los boxes iban apareciendo otros triatletas hasta que poco a poco nos convertimos en una pequeña “marea” que invadía todo. Justo al llegar a los boxes me doy cuenta de un pequeño detalle, me había olvidado los botellines de la bici en el hotel. Ya no había tiempo para volver así que tendría que fiarme de los avituallamientos.
La verdad es que no es difícil olvidarse algo en un triatlón. Que si el neopreno, tritraje, gorro, gafas, tapones para los oídos, crema calentadora, calcetines, zapatillas de correr, zapatillas para la bici, gafas de sol, crema solar, dorsal, cinta para el dorsal, geles…¿me dejo algo?, probablemente sí. En fín, que salí sin botellines, pero tampoco hubo mayor problema.

Dentro de la zona de boxes había gente por todos lados, competidores, jueces, personas de la organización, voluntarios…
Con calma y tranquilidad ( que es lo mejor que se puede hacer) nos fuimos preparando (Oscar siempre algo más rápido que yo, como es habitual). Y, de repente, allí estaba yo, “solo”, en la playa. Oscar calentando por ahí y yo rodeado de un millar de triatletas deseosos de entrar ya en faena. Este es el típico momento en el que piensas: “¿Pero qué co…pinto yo aquí?”, “no estoy lo suficientemente preparado”, etc. Pensamientos “fatalistas”, muy típicos antes de cualquier examen o competición. Afortunadamente esos pensamientos duran muy pocos segundos y enseguida recapacitas y te dices a ti mismo que estás preparado y que has entrenado mucho para llegar a este momento en condiciones más que suficientes.

Me metí al agua y apenas calenté 50m porqué enseguida, desde una moto de la organización, nos mandaban salir ya a la playa. Las salidas estaban ya a punto de darse.
Y llegó la hora. Allí estaba yo, junto a otras ciento y pico personas (de mi categoría), en frente del “deep blue sea”. Me encomendé a Dios, a Pelayo y a la Santina y de repente, sin esperarlo, sonó una bocina. No pensé nada y actué como un autómata saliendo disparado hacia el agua. El contacto con el líquido elemento me sacó rápidamente del momento de paz, calma y quietud que precedió a la bocina.
El agua, los manotazos, empujones…te vuelven a llevar a la realidad. Y despiertas. Los primeros metros los pasé mal. Mucha gente, mucho agobio. Hasta que por fín, pasados unos metros, encuentras tu propio espacio y empiezas a nadar cómodo.
Se puede decir que disfruté de la natación. No se me hicieron pesados los 1900 metros. A veces (muy pocas), pasaba a alguno, otras veces me pasaban a mi y otras iba acompañado, en paralelo, con otros triatletas de mi nivel.
Primera boya, segunda boya, tercera boya y por fin la cuarta y última boya, tras la que enfilábamos ya el último tramo hasta la playa.

Salí del agua algo mareado y me dirigí andando tranquilamente hasta los boxes. Cambio de traje, un poco de descanso y a por la bici. La primera parte estaba superada y en la cabeza ya tenía claro que iba a poder con todo. En mi caso (que no había participado el año anterior), sólo tenía un objetivo, que era llegar a meta, sin importar tiempo. Eso me daba mucha tranquilidad y me quitaba todo tipo de presión o agobio.

Con muy buenas sensaciones en la cabeza y sabiendo que lo estaba haciendo bien, comencé el recorrido de 90 km en bici.
Primero, un breve circuito por la ciudad y tras la primera rotonda tomamos ya la carretera hacia Mataró. Paré en el primer avituallamiento y cogí dos bidones, uno de agua y otro de isostar. 90 kilómetros se abrían ante mi. ¡Podría con ellos!.
En la ida hacia Mataró había algo de aire en contra. Bueno, “¡a la vuelta será a favor!”, pensé para mis adentros. Estaba equivocado. No sé porque milagro de la física pero el aire era en contra a la ida y a la vuelta. ¡Ye lo que hay!, habría que tirar con el y aguantarse. ¡No quedaba otra!.
Poco a poco fueron pasando los kilómetros y he de decir que de una manera bastante amena. Disfrutaba de las vistas, observabas a otros corredores, tu pasabas a unos, otros te pasaban a ti, rotondas, avituallamientos, geles, cambios de desarrollo, apretar un poco más en el llano…la verdad es que no había motivos para aburrirse.

El sector de la bici pasó, como digo, casi sin enterarse. Cuando me quise dar cuenta estaba nuevamente en la zona de boxes, dejando la bicicleta y dirigiéndome hacia la carpa donde teníamos la ropa de carrera. Con tranquilidad me calcé mis Asics, me puse crema solar (que el astro rey estaba ya apretando) y me dispuse a afrontar la última parte del triatlón, una media maratón donde sin duda todo el mundo iba a sufrir.
Recuerdo que a otro triatleta que andaba también cambiándose a mi lado, le dije “Bueno, el triatlón de verdad comienza ahora”. El me contestó: “para mi sí, yo corro por relevos y mi única prueba es esta”. Por supuesto yo no había previsto esa contestación, pero pensé para mis adentros: “afortunado tú”.
Tras esta breve conversación, me mentalicé para sufrir, tomé aire y comencé la carrera.

Los primeros metros corrí extraordinariamente bien, con muy buenas sensaciones y sin “apenas” cansancio. Recuerdo que me extrañó bastante. De hecho, creo que los dos o tres primeros kilómetros los hice a unos 4´40´´ el km. Bastante rápido para ser yo y para llevar la paliza que llevaba.
Más tarde, en algún momento antes del kilómetro cinco, apareció, de repente, todo el cansancio de los kilómetros anteriores. Mis piernas, ágiles hasta el kilómetro tres, comenzaron a pesar y a moverse de una forma más lenta, y comenzó el calvario. Mentalmente ya había planeado la carrera a pie, y me ajusté al plan. Los avituallamientos estaban cada 2,5km. El plan era correr hasta cada avituallamiento y en cada uno de ellos tomar geles y andar un poco para descansar.
Aunque estaba cansado me encontraba bastante bien, así que me paré en los avituallamientos del km 5-10-15 y el del 17,5 (justo el anterior a meta).
En la carrera se pasa mal y se sufre, aunque puedo decir que mi sufrimiento comenzó a partir del km 10, con lo que “sólo” sufrí la mitad de la carrera. Al final horas y horas de entrenamiento tenían que valer para algo. El sol y el calor también tuvieron buena culpa del sufrimiento de todos los corredores. Ni una nube en el cielo y una temperatura rondando los 30ºC.

Finalmente y acordándome de todas las horas de entrenamiento, de familia, amigos y todos los que en mayor o menor medida me han apoyado en esta “locura” de prueba, crucé la meta y un señor muy amable me colgó una medalla al cuello que me acreditaba como “finisher” del medio ironman.
Todo terminó, me invadió una sensación de paz, de calma, de tranquilidad, del “deber” del objetivo cumplido y me senté en una silla a descansar. “No fue para tanto” pensaba para mis adentros, aunque también me daba cuenta de que este tipo de pruebas no las hace cualquiera, lo cual me llenaba de orgullo.

Más tarde apareció Oscar, algo decepcionado con su tiempo. Tras el breve intercambio de las primeras impresiones de cada uno nos dirigimos a los boxes para recoger todo e irnos de vuelta al hotel para disfrutar de un merecido descanso.
Y así terminó mi primera participación en mi primer triatlón de larga distancia. Muy muy contento.
Chapó también para toda la organización del half-challenge.

Prueba: III Half Challenge, triatlón del Maresme.
Fecha: 29 de Mayo de 2011
Distancia: 1.900m-90km-21km
Tiempo final : 5h 28min 52seg
Parcial 1: 36min 13seg
Parcial 2: 2h 43min 13seg
Parcial 3: 2h 02min 08seg
Posición final: 638 de un total de 1067 triatletas que finalizaron la prueba.

domingo, 22 de mayo de 2011

"Si pienso en el futuro, me sale tu nombre"

Una buena frase.
Hace mucho que no analizo ninguna (a nivel sintáctico y gramatical). Recuerdo que se me daba bien. Tuve una gran profesora de Lengua en mi segundo COU. Lamentándolo mucho, ya no me acuerdo de casi nada. No obstante la analizaré…a mi manera.

“Si pienso en el futuro” : esta parte es evidentemente una frase condicional, implica una condición, implica que para que algo se cumpla tiene también a su vez que producirse algo. Esto nos lleva a la segunda parte de la frase: “me sale tu nombre”.
Así pues tenemos que para que “me salga tu nombre”, tiene que cumplirse la primera parte de la oración, que es “si pienso en el futuro”. Por tanto se pueden dar las siguientes probabilidades, y digo probabilidades porque ese “Sí” del comienzo de la oración implica que algo puede producirse o no. Resumiendo, y sin más divagaciones:
-Pienso en el futuro= me sale tu nombre.
-No pienso en el futuro=no me sale tu nombre.
La ecuación parece clara.

La segunda parte de la frase es un tanto ambigua. “Me sale tu nombre”. ¿Significa eso que “sale” como…un número del bombo de la lotería?. ¿Aparece de cualquier forma porque sí?. ¿Hay más números en el bombo o sólo hay uno?.

En fín, una frase curiosa cuando menos.

domingo, 8 de mayo de 2011

MI SEGUNDO TRIATLÓN OLÍMPICO: ST-PEE


Despues de bastantes meses sin escribir (me cansé), voy a intentar retomar nuevamente mi blog, con artículos y temas que me rondan por la cabeza.
Nada mejor para comenzar que un pequeño comentario sobre mi segundo triatlón Olímpico y mi octava prueba de esta temporada 2010-2011.

La cita era en una pequeña localidad Vasco-Francesa, St-Pee sur nivelle (o algo así, que seguro que, además, querrá decir algo).
Hasta allí nos desplazamos Oscar y yo con la furgoneta del equipo. La carrera era a la una y media de la tarde (hora un tanto extraña), pero nos permitió dormir bien y no pegarnos el madrugón. Tras poco más de una hora de viaje llegamos a la localidad y comenzamos con los preparativos, coger el dorsal, descargar la bici, prepararla, cambiarse, comer un poco, meter la bici en boxes (donde por cierto, no permitian dejar la mochilas), etc.

Sobre la una y cuarto todos ya al agua para habituarse y calentar un poco (yo en algún lugar perdí los tapones para los oidos, ¡que se le va a haceer!).
Cinco minutos antes que nosotros salieron las chicas.

Por fin se dio nuestra salida y me lo tomé con mucha tranquilidad (mi objetivo en este triatlón era no desfallecer en la carrera así que quería ir muy suave en los tres segmentos, sin fijarme tiempos).
Me costó mucho la primera vuelta (nadando eran dos vueltas a un circuito marcado por boyas), y tal y como estaba nadando pensaba que lo iba a pasar muy mal en todo el triatlón. La segunda vuelta me la tomé más tranquila, sobre todo a nivel de coco, y me fue mejor.

Salí del agua bastante mareado y como ya dije, siguiendo con mi filosofía de la tranquilidad como bandera, así que salí andando y fui hasta los boxes andando. Me quite el neopreno sentándome en el suelo y cogí la bici. Seguí andando hasta el lugar donde te dejaban ya subir a ella.
En este segundo segmento comenzó la tortura para todos los triatletas. Circuito infernal, rompepiernas, con cuestas imposibles y firme irregular en muy muy mal estado. Conclusión, ¡una mierda!. Fui todo el recorrido cagándome en todo (ya lo siento) pero de verdad que era un recorrido infernal.

En la vida todo pasa, y llegué a boxes nuevamente. Me calcé mis zapatillas con total tranquilidad y comenzó el tercer segmento.
En esta parte sí que se podía correr y "disfrutar". Era un recorrido de tres vueltas alrededor de un lago; totalmente llano, a excepción de una rampa de unos 40m de un porcentaje increible donde la gente aprovechaba para descansar y andar un poquito (yo también, claro).
Aquí comenzaba realmente mi carrera y no quería que me pasara como en mi anterior triatlón Olímpico, donde casi estuve mas tiempo andando que corriendo. Con ese objetivo en la cabeza cogí un ritmo muy muy muy muy lento ( a cinco y pico el km), con el que conseguí correr los 10km sin parar (salvo la rampa que ya os comenté).

Conclusión: aunque creo que hice más tiempo que mi anterior olímpico salí más contento porque no desfallecí en la parte de la carrera.

Carrera: triatlón Olímpico de St-Pee
Fecha: 1-Mayo-2011
Tiempo total:2h50m04seg
Parcial 1:30min50seg
Parcial 2:1h25min24seg
Parcial 3:53min50seg
Puesto:314 de un total de 343 que terminaron la prueba.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

CIERRE DE BLOG

Hola a todos!

Finalmente y después de unos cuanto artículos toca el fin de este blog.
Me ha servido para expresarme y para exteriorizar mis "alegrías y mis tristezas". No obstante me he dado cuenta que no tiene demasiado sentido tener un blog, y más cuando no lo "alimentas" día a día y su función no es clara.

En fin, que por varios motivos voy a decidirme al cierre del blog. Os lo comentó por si quereis guardar alguna de las entradas que os haya podido resultar interesante.

Ha sido un placer estar con vosotros y gracias a los que me habeis seguido (más o menos fielmente).

Un saludo a todos/as!

The frontierman.

Nota: Aún dejaré el blog un par de semanas para los que querais guardar algo.

viernes, 26 de noviembre de 2010

NADA QUE DECIR

Estimados seguidores:

He estado un par de meses callado, pero como dice el título de esta entrada, no tengo nada que decir.

En ocasiones me siento inspirado para escribir cosas, en otras ocasiones no.
Durante estas últimas semanas he estado, debido a unos cambios en el trabajo y a otro tema de melena larga, dándole muchas vueltas a la cabeza. El resultado de todo esto, ha sido (o mejor, va a ser), una hipoteca y el regreso a mi estado normal de soledad.

Así pues el 2011 se presenta cuando menos diferente en un aspecto, un cambio de piso, (y una vida en solitario), despues de haber andado 16 años por el mundo en piso alquilado y compartido.

Tengo ganas de que llegue esta nueva etapa y la verdad es que estoy contento. Aún no sé si he hecho bien o he hecho mal, pero la decisión la he tomado yo y razonándola lo mejor que he podido y según mis condiciones personales. Sea como sea no me arrepiento y no pienso mirar atrás. Afronto con ganas y con ilusión esta nueva etapa de mi vida que, sinceramente, creo que tenía que haber llegado hace mucho tiempo. Pero bueno, como casi todo en mi vida, voy más lento que los demás.
Un saludo a todos y seguiremos informando.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

“SOMOS FREAKIS, PERO NO SE NOS NOTA”

Hace poco una amiga mía me/se preguntaba, en plan pregunta retórica, el por qué yo no tenía pareja.
Ahora además, cuando vengo a Gijón, mi madre (que rara vez me pregunta por mi vida privada), mis sobrinas y mis tías, me preguntan si tengo novia.
Es una pregunta inocente, quiero decir que no tiene maldad y lo hacen por simple curiosidad. Es decir, yo desde un punto de vista objetivo lo considero una pregunta normal y a nivel personal no me sienta mal que me hagan esa pregunta. Me limito a contestar: “No, a mi no me quiere nadie”, que responde bastante a la realidad, aunque también tengo que decir que este año en especial no he hecho nada para que me quiera alguien. Más bien me he dedicado al deporte, al trabajo y al deporte… y no me ha ido mal.

Pero a lo que voy, que pierdo el hilo. Tengo 37 años (es decir, estoy ya bastante más cerquita de los cuarenta que de los treinta), y no tengo pareja. Mis amigos, conocidos, compañeros de trabajo, etc, están ya a mi edad casados y con hijos (la gran mayoría). Por lo tanto, a mi edad, es normal que la gente me pregunte si tengo novia. Es una pregunta pero que muy normal, ¡que cojones!, así que insisto, no me molesta en absoluto.

Ahora bien, mi amiga se preguntaba el por qué no tengo pareja. Yo muchas veces también me lo pregunto. Creo firmemente que no soy un bicho raro. Es más, creo que estoy incluso bastante bien (para lo que hay en el mercado a mi edad).
No soy Brad Pitt pero tampoco soy Chewaca, creo que estoy, al menos como mínimo, en la media española de “belleza”.
Tengo dos brazos, dos piernas y ninguna “tara” física ni psíquica. Tengo una licenciatura, tengo un buen trabajo. A nivel físico, y aquí habló muy objetivamente, creo que estoy más que por encima de la media española. Tengo inquietudes culturales, me gusta viajar, leer, el cine, el arte… Creo que soy una buena persona y quizás como rasgo negativo es que no soy muy hablador y no me considero una persona graciosa, pero bueno, “nobody´s perfect” (como decían en “Con faldas y a lo loco”).

Pues bien, ¿por qué no tengo pareja?. Desde luego este año no la he buscado para nada (de hecho he “huido” bastante de las mujeres o de la fiesta), pero puedo decir que cuando he buscado pareja tampoco la he encontrado, al menos a la chica adecuada.

Y llegamos por fin al título de este blog, magnífica frase de mi amigo Chus. ¿Por qué no tengo/tenemos pareja?. Respuesta: “Somos freakis, pero no se nos nota”.
Para mi esa es quizás una posible respuesta a esta incógnita.
Si no tenemos pareja a la edad que tenemos es porque sin duda, tenemos que tener en nuestro interior (o exterior, quien sabe) alguna “frikez”. Lo bueno, es que no se nos debe notar demasiado, ¡menos mal!.

En fin, je, je, esperemos que en el futuro alguna buena mujer se fije en nosotros y no le importen las posibles frikeces que se pueda encontrar.